AD MÉRIDA -1-4- REAL MURCIA
AD MÉRIDA: Juampa; Pipe, Athuman, Eliseo (Pareja, 87), Nil Jiménez, Del Cerro (Pablo Ganet, 56), Raúl Beneit (Herculano, 87), Álvaro Juan (Miki Muñoz, 56), Doncel (Carvalho, 77), Liberto y Javi Eslava. Suplentes: Dani Vicente (ps), Maciá (ps), Bonaque, Prevedini, Edu Sánchez y Mizzian.
REAL MURCIA: Gazzaniga, Jorge Mier (David Vicente, 72), Alberto,. Saveljich., Ian Forns, Palmberg, Isi Gómez (Boateng, 63), Davo (Kenneth, 66), JC Real, Pedro Benito (Loren Burón, 66) y Raúl Alcaina (Flakus, 46). Suplentes: Íker Piedra (ps), Jaso, Cadete, Carlos Rojas, Toral y Cadorini.
Goles: 0-1 (min. 54): Ian Forns; 1-1 (min. 69): Liberto; 1-2 (min. 87): Flakus, de penalti; 1-3 (min. 95): Kenneth; 1-4 (min. 97): Palmberg.
Colegiado: Gonzalo Sánchez, del colegio castellanomanchego. Amonestó con amarilla al local Álvaro Juan además de los granas Pedro Benito y Gazzaniga.
Incidencias: Más de 3000 aficionados en las gradas del Estadio Romano emeritense.
Comentario: Fue fiesta en tierras extremeñas, pero con santos granas, con fútbol en este calendario de invierno y goles para celebrar que, por fin, el liderato tendrá sabor murciano esta semana. Saquemos la lengua y hagamos brillar el paladar porque estar ahí arriba, mirando a los demás por el retrovisor, es algo que tiene mérito por la forma y por el fondo, por el destino y por las dudas con las que algunos se asomaban el pasado lunes a la diáspora de los sentimientos acostumbrados a sentirse miserables.
Lo digo muy claro; el pasado domingo teníamos a un entrenador y a una plantilla que podría esconderse en un baúl y esperar un destino más afín a la desesperación. Hoy, siete días después, si nos dejan, ganamos la Champions de los pobres. Somos así, ambivalentes en la necesidad y descarados en la victoria. ¿Y en la derrota? Si lo digo, quizás me maten, pero somos oportunistas, canallas y extrapolamos los sentimientos de amargura escupiendo al aire y buscando que nos caiga el salivazo. Así justificamos que el pasado domingo algunos silbaran y hoy esos mismos no quepan de gozo. Y no, eso no sirve. Aquí se fustiga uno en la virtud y en la debacle, estamos acostumbrados a tragedias griegas con prensa local ventajista, con jornaleros del verso que no saben leer, con jugadores que sufren más allá del escudo porque son profesionales… y a nadie le gusta la crítica sin jugar al escondite.

Por eso, que no vengan hoy los pícaros a besarse el escudo, que nadie sueñe con historias que aún están pendientes de labrarse, que se olviden los tahúres de sentirse dichosos cuando aún esto ha comenzado a arder. Hoy, se es más grana que nunca, pero grana de Fran Fernández -a quien algunos el domingo pasado le hacían protagonista en aquelarres fatales-, de Isi Gómez, cuyo R´n´R ha supuesto un ritmo veloz con balón, de Pedro Benito y su brega, del entusiasmo de Palmberg… hasta de Saveljich, cuyos errores siguen ofreciendo tensión en un guion que estira desdichas.
Porque ganaron los nuestros, los vuestros, los míos, los granas. Ganaron, y son líderes. Ganaron, jugando bien. Ganaron, callando bocas. Ganaron, y se gustaron. Y lo hicieron donde nadie lo había hecho hasta ahora, con envergadura táctica, con un ritmo infernal de balón de Isi, ese muchacho que todas las madres querrían como partido para sus hijas (o hijos). Aseado con el balón, con la cabeza erguida, con la diana en el campo contrario y olvidando lesiones. Isi, ahora mismo, es al Murcia lo que la nómina al trabajo, una bendición que justifica sufrimientos. Pero ayer también Pedro Benito mostró que está para partirse el corazón, para perder pulmones e hipotecar su físico por la causa. Ellos, en Mérida, sobre el resto en el pedestal. Y eso que Ian Forns demostró que, en ataque, su pierna buena es la diestra, que se quedó sin alma en su recorrido por la banda, que pudo ser el que se esperaba sin esperar a los demás.
Contaría mucho más, pero lo hace el marcador. Podrían pensar algunos que la solvencia llegó al final, desde el segundo de Flakus, pero no, seamos honestos. El Murcia fue mejor aun si tuvieran que jugar 48 horas seguidas. Fue mejor casi siempre, no tuvo que ajustarse la respiración en el desasosiego, no sufrió, en definitiva, nunca. Y eso que los emeritenses son un equipo que tiene una pinta estupenda, pero no hoy cuando el pan y la sal fueron murcianos, como el postre, tardío en forma de goles y preciso en la definición. Ahora, que vuelva Moha y se asocie con Isi Gómez para dar brillo a la ingeniería local. No necesito más.
Ángel García
@__AngelGarcia__
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