ALCORCÓN -2-1- REAL MURCIA
ALCORCÓN: Gaizka Ayesa, Juan Sebastián, Rentero, Jordi Pola (Joan Rojas, 77), Samu, Yael (Joziel, 77), David Navarro (David Ramos, 70), Capi (Rafa Llorente, 70), Rayco, Esteban Aparicio (Lache, 90) y Vladys. Suplentes: Josele (ps), Manrique, Stitch, Álvaro, Lhery, Sergio Navarro y Nico.
REAL MURCIA: Gazzaniga, David Vicente (Rojas, 75), Alberto González, Saveljich, Forns (Cadorini, 82), Isi Gómez, Yriarte, Moha (Palmberg, 46), Pedro Benito (Jorge Mier, 67), Davo (Loren, 46) y Flakus. Suplentes: Íker Piedra (ps), Antxón Jaso, Cadete, Boateng, JC Real y Pedro León.
Árbitro: Román Román (colegio castellano-leonés). Amarillas para los locales Jordi Pola, Yael, David Navarro, Rafa Llorente y por los granas Loren, Cadorini, Gazzaniga, Saveljich y Palmberg. Expulsados Isi Gómez, por doble amarilla en el 35, e Yiriarte, con roja directa en el 86.
Goles: 1-0 (min. 75): Vladys; 1-1 (min. 84): Cadorini; 2-1 (min. 93): Rentero.
Incidencias: Santo Domingo. Más de 2000 aficionados, entre ellos 2 centenares de murcianos.
Comentario: Escribo con carácter retroactivo. Suena raro, incluso pomposo, pero más raro fue perder. Ponerme enfrente del teclado para escribir de un partido con sucesos revisables tras muchas horas exige un ejercicio de relajación que poco se asemeja a la tensión de anoche. Pocas veces se suele asomar nadie a la vergüenza de sentirse abofeteado sabiendo que las galletas te llegan por ambos lados, al unísono. Lamentablemente la derrota de ayer duele lo justo para evitar no pensar en ella, para enrojecer y dar color fuego al coraje con el que los granas tienen que demostrar ante el Villarreal que perdieron ante quince en Santo Domingo.
Porque perdieron, no sumaron, les expulsaron a dos soldados y dejaron tocados a otros dos para el domingo. Y al resto, y a la grada, y a los que le siguen de la ciudad. Perder suele entrar dentro de las cábalas, de las hipótesis y de los dramas, pero perder como lo hicieron ayer no encuentra estancia para acomodarse cuando se trata de justificar algo que no tiene razón de ser. Igual, entre el equipo arbitral es posible, pero nadie más tiene armas para sostenerlo.

Era el de ayer el partido, no uno más. Era el partido para no descolgarse de un Ceuta que, en su velocidad de crucero, sigue a lo suyo y no quiere mirar por el retrovisor el camino grana. Y este no encontró más que baches. Cierto es que el Alcorcón es otro equipo diferente al del inicio de campaña, con las ideas más funcionales, sin extravagancias y yendo a lo sencillo, no necesita más. Si tiene también un delantero que marca, parece ir sobrado pese a su escasa aura como favorito en los pronósticos; hizo un equipo joven, de andar por casa, sin alardes económicos pese a la ayuda del descenso, y a competir. Lo hizo sabiendo lo que tiene para dar brillo y forma a su fútbol y ante un rival acelerado como el nuestro. Y no es causa que justifique esa velocidad anormal en lo que sucedió. Fue un problema de nervios, escasa cabeza para dar rienda al juego y necesidad. La expulsión de Isi Gómez fue clave para jugar con el freno de mano echado. Unas veces tanto ha dado como ayer sus revoluciones nos quitaron, pero no seré yo quien critique al madrileño cuando en su balanza seguimos debiéndole intereses por su talento. Un error y a borrarlo, que queremos su R´n´R más tardes con la grana en el pecho. Con ese dibujo, se alcanzó un descanso donde Gazzaniga trató de seguir dando oxígeno a los suyos como suele hacer.
Fran Fernández, tratando de despejar incógnitas jugando en minoría, quiso con Palmberg y Loren ofrecer algo distinto en la reanudación; hacerse fuertes en el centro del campo y buscar espaldas a la carrera. Y el equipo aguantó muchos minutos, más de lo esperado cuando el Alcorcón creció y atrincheró a los nuestros. El gol de Vladys, un estilete con un perfil del que carecemos, hizo que aumentaran en el pecho de los nuestras unas pulsaciones que enloquecieron a todos hasta el final. En desventaja, parecieron mejores los granas. Incluso empataron con un remate de Cadorini cuando apenas llevaba segundos en el césped… hasta que a Yriarte se le fue la cabeza dejando con nueve al Murcia. Jugar con diez exige concentración, acabar con nueve, cabeza y sentirse futbolista. Y más, sabiendo cómo el colegiado busca sacar brillo a tu matrícula. ¿El resto? Lo que nos imaginamos unido a un error encajando la derrota en una pelota parada; algo que se trabaja, algo que nos hundió.
No quiero contaros más, así vi yo una derrota dolorosa por el fondo, por la forma y por el colegiado. También por los nervios que nos superaron, el ansia de gustarse y la irrealidad que nos hizo olvidar el camino del que venimos. El equipo necesita resetear cuanto antes y asegurar la segunda plaza que nos daría ventaja en el PO porque el liderato, con honestidad, no depende de lo que hagamos, si no de los que nos dejen hacer.
Ángel García
@__AngelGarcia__
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