Hoy juega el Murcia. Y además, contra el Hércules, lo que acentúa el día de fiesta. Un Murcia-Hércules son palabras mayores, poca broma. Lo importante es que juegue tu equipo, y el rival es lo de menos, pero siempre hay matices. Lo importante es que juega el Murcia, pero poder vivir un partido como el de hoy es lo que da brillo al fútbol auténtico, ese que te revuelve las entrañas, ese que vale tanto que no tiene precio. Hoy no sólo juega el Murcia: hoy viene el Hércules.
¿Pero qué más da que sea el Intercity o el Hércules si el espectáculo es el mismo? ¿Qué más da jugar la Supercopa en Arabia si les vamos a sacar los billetes a los jeques? ¿Qué más da que el partido se programe un lunes a las 9 de la noche, a 3 bajo cero en Vitoria, si puedes tener los cojones calientes en el sofá viéndolo por la tele? ¿Qué más da que se llame Ciudad de Murcia o Ucam si sigue siendo un equipo murciano?
Hoy viene el Hércules, el equipo contra el que más ha jugado en su historia el Murcia, que a su vez es el equipo contra el que más ha jugado en su historia el Hércules. Palabras mayores, poca broma. Y, sin embargo, tampoco han sido tantas. Real Sociedad y Athletic Club se han enfrentado el doble de veces. Pero Murcia y Hércules somos tan parecidos que nos hemos dejado de enfrentar demasiadas veces, empeñados en cambiar de categoría siempre cada poco tiempo, con una facilidad para ascender cuando nos metemos arriba que no hay en otras tierras, pero con una destreza para descender cuando nos metemos abajo que no tiene límites. Si hay diez equipos implicados en un descenso, ten claro que siempre terminan bajando el Murcia y el Hércules.
Es un partido centenario, único, que se ha visto tan amenazado en los últimos 30 años que parece un milagro que en 2025 pueda volver a disputarse. Un partido tan especial que se ha vivido en primera, en varias segundas y terceras y hasta en cuarta. El abuelo de algún abuelo actual ya dijo en algún momento: “Hoy viene el Hércules”.
Y qué más da. Qué más da que sean Murcia y Hércules los que se enfrenten, o Ucam e Intercity, pensaron y seguirán pensando algunos.
Tienen parte de razón, ojo: si no les gusta que el fútbol les revuelva las entrañas, da exactamente igual. Si no quieren sufrir, si no quieren sentir más allá de lo razonable, si no quieren más complicaciones en su vida. Da exactamente igual si no quieren levantarse por la mañana con esta punzada de emoción que nos recorrerá todo el día sin descanso, con esta voz interior que cada diez o doce segundos nos recuerda, casi gritando, que hoy juega el Murcia.
Oliva
@beandtuit
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