Hoy juega el Murcia, en un día importante, víspera de Domingo de Ramos, y con ese aroma tan especial que tienen los partidos en los que uno puede ponerse líder a estas alturas de la competición.
Ahora sí, a falta de tan pocos partidos, ponerse primero es, por fin, una
cuestión determinante. No lo era en octubre, cuando algunos se tiraban de los pelos por no serlo, ni en Navidad, ni siquiera en febrero, cuando tuvimos opción de serlo. No lo era, y nunca lo será, pero ya conocemos el tiempo que nos ha tocado vivir: un tiempo absurdo, que mezcla las prisas con el cortoplacismo y la estupidez, en el que algunos ya han dado por ascendidos como primero de grupo al Betis, al Antequera y al Ibiza.
Pero hoy sí, hoy viene el Ceuta líder y después sólo quedarán seis partidos. Hoy es uno de esos días señalaítos, que canta Raimundo Amador; un día grande en el que el equipo debe dar lo mejor de sí, sabiendo que tanto el objetivo grande (el ascenso directo) como el pequeño (el ascenso a través del playoff) se acercarían mucho con un buen resultado.
‘Gitano de temporá’, por cierto, la canción de Amador en la que habla de esos días señalaítos, es un tema magistral que tiene además una letra sencilla y que dice mucho: cuando llegan los días señalaítos, hay muchos gachositos (payos, no gitanos) que son gitanos y visten y fuman gitano y juran que su abuelo fue buen gitano. En cambio, dice Amador, cuando pasan los días señalaítos, los mismos gachositos cazan gitano, muerden gitano, no quieren en la consulta a los gitanos y juran que en el mundo sobran gitanos. No le hace falta decir más.
Pensaba el otro día, mientras escribía este ‘Hoy es fiesta’, en que hoy era fiesta grande y día señalaíto, y al escuchar a Raimundo Amador recordé nuestros años más negros, aquellos 90 tan duros, y en todo lo que vino después, en todas las veces que nos dieron por muertos, en aquel Murcia-Tamaraceite de no hace tanto con 1.400 murcianistas en Nueva Condomina, en que jamás podíamos soñar entonces con que, menos de cuatro años después, apenas quedaría un hueco en nuestro estadio para un partido importante, pero no vital, con miles de jóvenes que ni han visto al Murcia en Segunda llenando las gradas.
¿Qué ocurrirá cuando pasen los días señalaítos?
‘Murcianista de temporá’ es un tema recurrente de nuestra historia, un clásico. El murciano que va y viene, según la marcha del equipo, aunque siempre aparece en los días señalaítos. El verdadero triunfo de este nuevo Murcia sería atraparlos para siempre, que vistan gitano incluso cuando vienen mal dadas. Que vendrán, tarde o temprano. Que sueñen con que el equipo puede ser líder, y acercarse a Segunda y más allá, que se ilusionen con todo eso y luchen por conseguirlo, pero que sientan que hoy no es fiesta por eso, sino sencillamente porque hoy juega el Murcia.
Oliva
@beandtuit
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