Hoy juega el Murcia, nueve días después, aunque a veces parecían nueve semanas. El equipo vino a perder el partido más jodido de perder: el que tenía que esperar casi nueve días completos para poder resarcirse. Nueve días larguísimos, con sus nueve noches eternas para darle vueltas a una derrota. Muchas tardes de invierno y lluvia que se estiraban entre goles del Atléti B. Hoy por fin termina el calvario: viene el Fuenlabrada. Juega el Murcia.

En la mente del hincha, un partido sólo termina cuando comienza el siguiente, por eso las derrotas duelen tanto, en profundidad y en el tiempo. No se borran con un paseo, ni con una cerveza, ni siquiera con un cocido con pelotas. Es un dolor que, sin embargo, va cambiando día a día. De la desolación a la esperanza, del negro al gris claro, las semanas de derrota son un tránsito lento hasta volver a ilusionarse.

Pero esta semana larga ha sido diferente. Sólo dos días después de los goles del Atléti B, mientras haces una tortilla, la radio dice que el Barça-Osasuna no se juega. Ha muerto Carles Miñarro, médico del Fútbol Club Barcelona. 53 años, padre de dos hijos. De manera repentina. Y, de pronto, todas las derrotas del mundo dejan  de doler. Puta vida. Descansa en paz, doctor Miñarro.

Arrigo Sacchi y Jorge Valdano se disputan el honor de haber dicho primero eso de que “el fútbol es la cosa más importante entre las cosas menos importantes». Dos grandes, dos tipos admirables, da igual quién lo dijera primero. Pero es una frase con la que no termino de estar cómodo. A mí es que el fútbol me atraviesa por completo. Me parece algo importantísimo. El fútbol es la cosa que nos hace plenamente conscientes de las cosas importantes.

Y de las cosas que no lo son, como por ejemplo los partidos de fútbol. Los resultados. El arremeter contra el mundo por una derrota. El insulto a los otros, al árbitro, a los nuestros. El fútbol como excusa para el desprecio o el odio. Qué poco importante me parece esa manera de vivir el fútbol. Y qué poco importa, en realidad, un partido de fútbol. Cualquier partido de fútbol.

Pero el fútbol sí que me parece una cosa importante. De las más importantes. Cómo no va a serlo. Es domingo de Cuaresma, hoy viene el Fuenlabrada y vas a ver el partido rodeado de los tuyos. El próximo viernes será primavera y estamos de lleno en la lucha por el ascenso. Tenemos a Palmberg y a Isi Gómez y, nueve días después de perder, y tal vez tras un cocido con pelotas, la ilusión para esta recta final vuelve a estar por todo lo alto para el murcianismo. A mí el fútbol me parece una cosa importantísima. Cómo no va a ser importante, si hoy juega el Murcia.

 

Oliva

@beandtuit

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