Hoy juega el Murcia. Y tendremos que celebrar que juega, porque poco más podremos celebrar, me temo. Hoy viene a Nueva Condomina ese equipo con nombre de tren que se llevará el partido sí o sí. Incluso el empate ya me parecería una hazaña. Si ya has pillado una buena extra navideña o te sobra por ahí algún dinerillo, no lo dudes. Inviértelo bien: hoy pierde el Murcia. Confluyen tantos factores que esta parece la tormenta perfecta del mundo de las derrotas. Te cuento, aunque si eres del Murcia estoy seguro de que no hace ni falta.

Primero, el equipo con nombre de tren en sí. Junto a ese otro que okupa el estadio histórico del Murcia, representa todo lo contrario al fútbol auténtico, al que se siente y emociona. No es un equipo, sino un negocio creado en el que el fútbol es sólo un medio. Un club tan completamente detestable (por su nombre, por su indumentaria, por su escudo, por su salida a bolsa, por su trato a las aficiones rivales: por todo) que nos ganará.

Segundo, obviamente, don Mario Simón Matías, tal vez el responsable deportivo más decisivo para que el Murcia siga vivo. La maldición del ex, y con todo lo que le rodea. Ese lugar que ocupa en nuestro corazón, ese perfil bajo, esas circunstancias tan absurdas de su marcha, tras dos años notables… Cómo nos vas a ganar, Mario. Qué fácil.

Tercero, pero no menos importante: la Navidad, el final de año. Esa ilusión, ese esplendor, esa felicidad casi tonta que vivimos en estas fechas. 22 de diciembre, nada menos. El día cumbre, el día más bonito, justo antes de que todo ocurra. La importancia que tiene ganar hoy para pasar unas buenas fiestas e ilusionarnos con el Año Nuevo, el valor que tiene ganar sabiendo que tardaremos casi un mes en volver a jugar en casa. Es inevitable la derrota. Suena a cachondeo que alguien piense que podamos ganar hoy. Hostiazo seguro.

Y por último, y por si no fuera suficiente, el que probablemente sea el factor más decisivo, el que más nos conduce a la derrota. El puto equipo con nombre de tren es, además, colista. Lo que faltaba. Cuántas veces habremos visto este partido. El típico que cualquier ajeno al fútbol piensa que es sencillo; el típico que el más imbécil de entre los necios da por ganado desde hace una semana, y que te liquidan hacia el minuto 80, con un gol de churro en su primera llegada después haber tenido nosotros 57. “El colista amarga la Navidad al Murcia”. Es que no hace falta ni jugar.

De modo que hoy es fiesta, pero lo tiene que ser a pesar de la derrota. Hoy es fiesta porque, como dice Javier Zamora, el Murcia no pierde un partido desde que alguien puso a la venta la primera pulsera y otro alguien le compró cien. Hoy es fiesta porque termina un 2024 en el que ya no hemos dudado de que tendremos un 2025. Y todos los que vengan. Hemos pasado tantas navidades amargas que vamos a brindar fuerte en esta, a pesar de esta dura derrota contra los del tren. A ver si pudiera ser un empate, al menos. Quién sabe. Juega el Murcia.

 

Oliva

@beandtuit

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