Hoy juega el Murcia en Alicante, casi en casa, o incluso mejor. El último lugar en el que hicimos posible lo imposible. Será un domingo espléndido de mayo, a falta de cuatro jornadas y con el corazón destinado a sufrir ese intenso mal de amores que todo buen hincha experimenta en primavera.

Durante la semana, tras una comida de la plantilla, se escuchó la palabra “conjura”, ese término al que se recurre cuando las cosas están jodidas pero no imposibles. Conjura, se supone, para intentar llegar al ascenso directo, ese al que milagrosamente seguimos enganchados, a pesar de que el equipo ha llegado a primavera sin parecer un equipo, sin terminar de saber bien no ya a qué jugamos, sino quiénes somos, aparte de once buenos futbolistas.

¿Podríamos llegar a ese primer puesto si fuéramos capaces de ganar los cuatro partidos que quedan? Yo creo que sí, que sería lo lógico viendo el juego del Ceuta, que lo normal es que en un par de partidos no consiga los tres puntos y en uno de ellos se pudiera dejar los tres. ¿Pero podemos ganar los cuatro partidos? Eso parece más complicado viendo el juego del Murcia, pero esa conjura me hice recordar un par de veces en las que lo hicimos y conseguimos subir a Segunda División.

El Murcia de Campillo de la 92-93 perdió en Sant Andreu una mañana de domingo tonta en la que parecíamos decir adiós al primer puesto después de cuatro partidos sin ganar. Pero después ganamos al Nástic, al Hospitalet, al Torrevieja, al Cartagena, al Orihuela, al Levante y al Valencia B, siete victorias seguidas, para ponernos segundos en la penúltima jornada y ser campeones en la última (eso no daba el ascenso, pero lo conseguimos en playoff).

Rafael Alcaide ‘Crispi’ cogió al Murcia séptimo en la jornada 26 de la 1999- 2000, a 5 de la Gramanet que jugaba playoff y a 12 del Gandía, líder. De los 13 partidos restantes, empató 5 y ganó 8, al Alzira, Barcelona B, Premiá, Hércules (en el Rico Pérez), Lorca, Valencia B, Sabadell y Figueres, para meterse brillantemente segundo en la última jornada. Aquel Murcia también subió en playoff, en una inolvidable tarde en Granada, qué te voy a contar.

Aquellos Murcias, con una historia reciente más gloriosa que presionaba aún más, lo consiguieron. Los dos en los playoff, por cierto, esa barrera que ahora para algunos parece insalvable. Quiero creer que entonces también hubo una especie de conjura, un par de gritos importantes, un cruce de miradas decisivo. Quiero creer que estamos a tiempo de cambiar, de no sólo parecer un equipo, sino de serlo. Y quiero creer que estaremos allí arropándolos para que el final sea el mismo. Pero sólo sé que hoy es fiesta, y que jugamos en el último lugar en el que hicimos posible lo imposible. Hoy juega el Murcia.

 Oliva 

@beandtuit

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