Hoy juega el Murcia, y menos mal. Jugar en viernes puede tener muchos inconvenientes, sobre todo para el hincha que intenta organizar sus desplazamientos, pero tiene algo maravilloso para nuestra ansiedad: el partido llega antes, llega pronto. Cuando aún sigues rabioso por la última derrota en casa, caes en la cuenta de que el próximo partido ya está aquí. Y menos mal.
Siempre he detestado el cántico “échale huevos, Real Murcia [o equipo que sea] échale huevos”. Qué absurdo, que consigna más tonta. Y qué poco sentido: nunca es cuestión de huevos cuando se canta échale huevos. Vería más lógico un “échale cabeza” o “échale corazón”. Un “échale fútbol”, incluso un “échale concentración a balón parado, por el amor de dios”. ¿Pero huevos? Aunque a veces lo parezca, el fútbol no es cuestión de huevos.
En 45 años de fútbol, creo que habré visto a uno o dos murcias a los que, en algún momento del partido, se le podría achacar falta de cojones. A muy pocos jugadores. Y, casi siempre, lo he visto en futbolistas a los que se les adeudaban varias nóminas. No era tanto cuestión de huevos, sino de miseria. Al equipo nunca le ha faltado apenas esa intensidad, entre otras cosas porque en el Murcia la hinchada siempre ha estado encima. Huevos no han faltado, en un club en el que ha llegado a faltar de todo. De la falta de huevos, como de la suerte, sólo se habla cuando se pierde.
Pero estamos en una temporada extraña y contradictoria. Ganamos fuera casi siempre y en casa casi nunca, y con los mismos jugadores. Al míster se le exige ser primero, a pesar de que seguimos sin jugar ni un playoff en Primera Federación. Un brasileño de poco más de 20 años y piernas finísimas es nuestro sustento en mediocampo y un central que vino en cuarta es absolutamente imprescindible. Ningún delantero ha marcado más goles que Carrillo. No hemos recibido ningún penalti en contra. Es una temporada rara, muy rara.
Así que, para ir en sintonía con la temporada, hoy voy a pedir huevos, sí, sí. Hoy creo que, a pesar de todo lo dicho, es día para reivindicar el echarle huevos. Por el escenario, por el rival, por el momento de la temporada. De los 12 partidos que quedan, cuatro de ellos son contra filiales. Contra grandes jugadores, sin duda, pero que tienen otro objetivo. Hay que dejarlo todo en esta recta final, pero más si cabe contra un equipo filial. La intensidad y el coraje deberían marcar diferencias. En cada balón dividido, en cada salto, hay un tipo que estará jugando por el sentimiento de una tierra y otro no.
Hoy es día de huevos. De los que le han ido poniendo todo el año, sin duda. Los que fuera de casa, por cuestiones de fútbol, de cabeza o de corazón, han funcionado tan bien. Los que en casa, por esas mismas cuestiones, no terminan de resultar. Día de huevos y fútbol, de ponerlo todo para intentar ser líderes esta noche y que la temporada siga siendo tan contradictorio como este viernes laborable y festivo a la vez, ya sabes: juega el Murcia.
Oliva
@beandtuit
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