CEUTA -4-2-REAL MURCIA

CEUTA: Guille Vallejo, Yago Cantero, Lolo, Carlos Hernández, Redru, Aisar (Jota, 68), Fran Delgado, Bellotti (Corral, 74), Andy Escudero (Sofiane, 85), Cristian Rodríguez (Rubén Díez, 75) y Rodri Ríos (Taufek, 85). Suplentes: Pedro López (ps), Jacobo, Darío, Aquino y Álex Blesa.

REAL MURCIA: Gazzaniga, Jorge Mier (Pedro León, 46),  Alberto, Antxón Jaso (Saveljich, 46), Cadete, Moha (Ben Knight, 68), Palmberg (Boateng, 81), JC Real, David Vicente, Toral y Pedro Benito (Cadorini, 55). Suplentes: Íker Piedra (ps), Carlos Rojas, Loren Burón, Andrés López y Carrillo.

Árbitro: Morales Moreno (colegio andaluz). Amonestó a los locales Cristian y Fran Delgado además de los granas Cadorini, David Vicente y Antxón Jaso.

Goles: 1-0 (min. 4): Aisar; 1-1 (min. 19): Palmberg; 2-1 (min. 319) Andy Escudero; 3-1 (min. 38): Andy Escudero; 4-1 (min. 54): Andy Escudero; 4-2 (min. 73): Pedro León.

Incidencias: Alfonso Murube. Más de 3000 aficionados en las gradas.

Comentario: ¿Pensáis que estoy loco por el titular? Hacedlo, os lo permito. El Murcia ganó ayer, y el murcianismo también. Al menos lo que yo entiendo, sin besar el escudo, por tal definición. El sentimiento grana de los míos, de los que aprecio, por los que puedo sufrir cuando las cosas les van mal, ganó aunque parezca extraño.

La crónica de mi partido se jugó en Valencia, no en Ceuta. Lo que sucedió en el Norte de África, a estas alturas de la temporada, no deja de ser un traspiés, un bache en un camino que puede volver a ser transitado sin problemas de cumplir con el expediente con el filial colchonero en casa el próximo fin de semana. Lo demás no estuvo en el Murube, de verdad os lo cuento, de verdad que lo creo.

Porque ayer vi correr la banda, entre furgonetas, a Álvaro mientras se descolgaba de las bolsas y paquetes con víveres con la cintura de Messi. Tener el tren inferior fuerte, como el argentino, le hizo firmar su asistencia entre barro y restos de muebles con una velocidad endiablada. A su lado formaba en la medular Avo, un tipo colgado al móvil que nos iba anticipando las novedades que le llegaban de las apps con los resultados de Primera RFEF sin dejar de descargar. Alguna vez dio retiro a su cansancio enchufándose al partido para comentarnos el suceso -negativo, por su forma de expresarse, para los intereses granas-. Los dos Antonios no daban abasto para que la cadena, formada con desconocidos pero afines a la causa, tuviera siempre entre manos todo lo que desde El Post Grana se había conseguido. ¿Y yo? Pues allí estaba, pero yo iba con los colores de Osasuna porque la fidelidad, como el sentido de pertenencia, en algunos nos va en los genes.

Así, de esta forma, no fue un partido más, fue el partido aunque amaneciera temprano en una autovía donde la solidaridad murciana nos llevaba a muchos marcando el camino. No nos sentimos solos nunca; Emergencias, coches de policías locales de diversos ayuntamientos, furgonetas cargadas como las nuestras… todo nos hacía sentirnos minúsculos en una caravana que imaginábamos menor.

Lo peor fue llegar, prestar atención a las bandas, ver el desastre acomodado en los árcenes, en los campos de naranjos inundados, en los coches a la deriva entre el barro y la desgracia de sus dueños (recordaremos siempre al muchacho que nos contaba que su padre se había hipotecado hace un mes con una furgoneta Mercedes que estaba destrozada por un tornado entre la tormenta en Alginet. Le quedan, nos decía, dos vértebras rotas y la vida mirando al banco).

Volviendo a nuestro partido, tuvimos varios campos de césped. De Silla a Beniparrell, luego a Albal, para volver de nuevo a Silla entre la peregrinación de hordas de voluntarios que aparcaban a kilómetros de la zona 0 (Massanassa, Paiporta…) para ir a la batalla cargados con sus palas, cepillos de pinchos y demás aparejos al ritmo incómodo de sus botas de agua. Volver a Silla fue una bofetada de realidad entre la desesperación de una organización por momentos sobrepasada por la cantidad de manos, por el ansía de ayudar de los voluntarios, por la necesidad de dar una respuesta que a veces ellos mismos desconocían.

Una vez solucionado el asunto, llegó la estrategia que nos hizo ganar. Los cinco con un mismo objetivo en un equipo mayúsculo, sin rivales. Todo el mundo allí, absolutamente todos, estábamos en la misma plantilla, todos, insisto, pese a algunos que buscan confundir. Acabamos en un par de horas echando la vista atrás y aceptando en nuestro recuerdo a todas esas personas que fueron por la Plaza González Conde a dejar lo que pudieron, a todos aquellos que enviaron glovos con material, a todas las donaciones ecónomicas y a quienes nos cedieron las furgonetas de forma gratuita (Amounal y Supermercados El Pino). Para lo demás, estuvo el Murcia, ese equipo en el que varios jugadores ya han colaborado de forma anónima con nosotros. Todos ellos nos ayudaron en un combate que no ha acabado para los valencianos. Ahora sí, yo creo que ganamos ¿no?

Ángel García

@__AngelGarcia__

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