ANTEQUERA -2-1- REAL MURCIA
ANTEQUERA: Jero Lario; Fomeyem, Iván Pérez, Luengo, Juanmi Carrión, Álex Marcelo (Guillem Jaime, 80), Chema Núñez, Luismi Gutiérrez (Xemi, 54), Biabiany (Aspra, 80), Elejalde y Marcelo (Siddiki, 77). Suplentes: Iván Moreno (ps), Dani Alcover (ps), Moreno, Belza, Toni Arranz, Topo, Obounet y Maldonado.
REAL MURCIA: Gazzaniga, Jorge Mier (David Vicente, 46), Saveljich, Jaso, Cadete, Yriarte (Joao Pedro, 75), Moha, Carlos Rojas (Toral, 46), JC Real, Loren Burón (Pedro León, 56) y Raúl Alcaina (Pedro Benito, 56). Suplentes: Íker Piedra (ps), Andrés López, Larrea. Carrillo, Cadorini y Kenneth.
Árbitro: González Páez (Colegio madrileño). Amarillas para Luismi Gutiérrez, FOmeyem y Álex Marcelo además de los granas Saveljich e Yriarte.
Goles: 0-1 (min. 4): Chema Núñez; 2-0 (min. 22): Marcelo; 2-1 (min. 69): JC Real.
Incidencias: El Maulí. Más de 3500 aficionados, medio millar de ellos murcianos.
Comentario: Empiezo como muchas otras. Hay veces… en las que es mejor no jugar, o, al menos, intentar decir que se juega. Otras veces sucedieron cosas, detalles que cambiaron el signo de una trayectoria que no encontraba brújula. Algunas veces, se solapaban las ganas con la necesidad. Raras veces, el Murcia no fue el Murcia. En Antequera pasó, varias veces, que el cuadro de Fran Fernández fue un espectro futbolístico, una sombra entre tinieblas, un mal sueño en tardes de tormenta. Y no fue una tormenta perfecta porque el cruce meteorológico iba en la cabeza de un equipo que salió al césped cortocircuitado, con un
apagón ante el que tienen que saltar las alarmas, sin agresividad y pensando en Dios sabe qué.
Por eso, los que pensaron en salir con la dentadura afilada fueron los líderes, más líderes que nunca, mas gallardos y altivos deportivamente tras un resultado que se les puso de cara en apenas veinte minutos. Ya en los primeros cinco, antes del gol, su muestrario de intenciones acogotó a un cuadro grana que ni estaba ni quería cita en el duelo, un ente de once hombres a merced de la ambición de los locales. Vale que, sin sitio, estaban perdidos en un mapamundi sin ideas, sin ideas en un jeroglífico del que no hallaron salida ante la cantidad de puertas, para los de Javi Medina, que se encontraron abiertas en campo grana. Vale que Saveljich volvió a las andadas contagiando a una zaga que necesitaba de su veteranía para sostener los cimientos. Su error era el anticipo de lo que les vendría, sobre todo a Gazzaniga. De no ser por el argentino, el 3-0 en cinco minutos hubiera sido de justicia, un veredicto implacable dibujado en el error.
Pero no se desperezó el equipo murciano en desventaja. Dolió verle tratando de jugar erguido, sin perderle el miedo al balón y al partido, pero claro, no estuvo timorato porque estuvo perdido, en una selva donde no se encontró. El segundo, de Marcelo, dejaba claro que los granas debían mostrarse, no ya ponerse sus mejores galas, sino exponer algo, dar un golpe de nudillos, hacer ruido, aunque fuera berreando, pero, ni con esas. Hasta el descanso vagó penoso sin dignificar ni el escudo ni el sentimiento.
En la reanudación, cambió el panorama. No sé si por los cambios, por la reducción de tensión local o por el karma de alguien, no de ellos. Era imposible mantenerse después de un argumento tan lamentable como en el primer acto. Los nuevos protagonistas, sin lanzar cohetes ni propaganda festiva, parecieron tomarle más la cara al partido. Dejaron de poner la mejilla para, al menos, golpear al aire, es decir, otra actitud. Eso ya pareció mejor para defender la causa. Hay que reconocer que había rival, y que era el líder. Hay que reconocer, también, que el vestido de domingo que lucían no era bueno para un ágape enquistado por un líder que sabe competir con ventaja, pero bueno, que no estaba todo dicho. Y lo dijo JC Real para reducir distancias de forma acrobática y sacar un poco de brillo al fondo de la solapa.
De todos modos, la derrota, aunque duele, no significa nada. Queda toda una vuelta, muchos partidos, necesidad de refuerzos -más de los previstos- y un reseteo a la realidad de la categoría. No es que no valga lo expuesto, es que no alcanza para, por lo menos, imaginarse peleando el liderato.
Ángel García
@__AngelGarcia__
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